La verdadera Gloria de Cristo
Es necesario contemplar la Gloria de Cristo con mantenida concentraciòn, tratando de penetrar en profundo su identidad. Una idea superficial de Jesùs puede ser una idea errònea, y no precisamente gloriosa.
La vision profètica de el Mesìas Redontor (Isaìas 52:2) nos previene contra este riesgo: “No hay hermosura en El, ni splendor; le veremos, màs sin atractivo alguno para que le apreciemos.”
La Gloria de Jesùs estaba velada por su humanidad, una humanidad plena, autèntica, pero exenta de pecado; pero al mismo tiempo una humanidad inseparablemente unida a la divinidad.
A medida que ahondamos en nuestra contemplaciòn